Creemos que el ser humano está llamado a ser feliz. Para promover esta vocación creemos fundamental una enseñanza desde, con y para el amor, como objetivo último de todo nuestro quehacer.
Entendemos el amor como el don de sí para el otro, como relación, como apertura, y por tanto, entendemos el amor como la entrega total por el otro buscando la plenitud y felicidad mutua.
De manera particular, inspiramos nuestro quehacer en la persona de Jesús. Su persona y ejemplo nos hace recoger como propia la antropología cristiana, que comprende al ser humano, como persona dotada de libertad y dignidad.
Para este proyecto, la expresión más plena de educar en el amor es la formación integral de niños, niñas y jóvenes para que contribuyan en la construcción de una sociedad más humana, justa y fraterna